¿Sabes que es el Ikigai? ¿Sabes todo lo que esta filosofía japonesa puede hacer por ti? Si quieres crecer personalmente, encontrar la felicidad y conocer cuál es tu pasión, lo que se te da bien, lo que hace que te levantes todas las mañanas…
Te muestro cómo definir tu propósito de vida con el Ikigai, la filosofía de vida con la que los japoneses llegan a los 100 años.
Conocer propósito de vida: Ikigai
Antes de definir el Ikigai, queremos contarte una pequeña y clarificadora historia que te ayudará a entender lo que es el Ikigai.
En una minúscula aldea japonesa una mujer se debatía entre la vida y la muerte. De pronto tuvo la sensación de ser separada de su cuerpo y subida al cielo, donde creyó escuchar la voz de sus antepasados.
¿Quién eres? – le dijo una voz.
Soy la mujer del tendero – replicó ella.
Yo no te pregunté de quién eres mujer sino quién eres tú.
Soy la mamá de tres hijos, contestó.
No te solicité que me contestes cuántos hijos tienes sino quién eres.
Soy una maestra de colegio.
No quiero saber cuál es tu profesión, sino quién eres.
La mujer no parecía dar una contestación adecuada a la pregunta, hasta que dijo:
– Soy quien se despierta cada día para cuidar y amar a mi familia y ayudar a que se desarrollen las mentes de los niños en mi escuela.
Con esa respuesta aprobó el examen al que fue sometida y fue enviada de vuelta a nuestro mundo.
A la mañana siguiente se despertó sintiendo un profundo sentido de significado y propósito: había descubierto su ikigai.
¿Qué es el Ikigai?
Ikigai (生き甲斐i) es un concepto japonés que significa “la razón de vivir” o “la razón de ser”. Según esta filosofía, todo el mundo tiene un ikigai.
El término ikigai se compone de dos palabras japonesas: iki (生き), que se refiere a la vida, y kai (甲斐), que aproximadamente significa “la realización de lo que uno espera y desea”. En la cultura de Okinawa, el ikigai se concibe como “una razón para levantarse por la mañana”; es decir, tu propósito en la vida, que está íntimamente relacionado con tu felicidad.
Pero el objetivo último del ikigai no es la felicidad, sino descubrir en lo que eres bueno, que te da placer realizarlo y que, además, sabes que aporta algo al mundo. Con estas acciones aumenta tu autoestima, porque sientes que tu presencia en el mundo está justificada y por tanto aumenta tu felicidad.
Preguntas para encontrar tu propósito de vida
Es tan sencillo como que cada mañana al despertarte, te preguntes cuál es tu ikigai, a través de este test.
- ¿Qué es lo que deseas o te gusta?
- ¿Qué tipo de cosas se te dan bien?
- ¿Qué crees que el mundo necesita de ti?
- ¿Por qué deberías recibir un salario?
El ikigai podríamos decir que se encuentra en la suma y unión en un punto de cuatro parcelas fundamentales de la vida: pasión, vocación, misión y profesión. O dicho con otras palabras, la mezcla de eso que amas, eso en lo que eres bueno, lo que el mundo necesita y aquello por lo que ganas dinero.
Revisa tu ‘ikigai’ de vez en cuando. Lo que es fundamental para ti con 20 años puede no serlo con 40.
Claves para sacarle partido a tu ikigai con éxito
Robin Sharma en su libro “El monje que vendió su Ferrari” establece una frase emblemática: “El principal propósito de la vida es tener una vida con propósito”. Estas son las claves para que tu ikigai te lleve al éxito.
No tengas prisa.
Las prisas son inversamente proporcionales a la calidad de vida. Como dice un proverbio italiano, “piano piano si va lontano” (poco a poco se va lejos). Busca momentos para hacer una pausa, tomar un respiro y relajarte. Desconectar de tus preocupaciones te libera, y al bajar las revoluciones te da el impulso que necesitas para seguir con las tareas. La meditación, el mindfulness o la relajación muscular guiada pueden ayudarte a conseguir este estado de tranquilidad.
Mantente activo/a y nunca te rindas.
El agua que se mueve, fluye fresca y no se estanca. Muévete, camina, pasea en bicicleta, cultiva un huerto o haz las tareas del hogar. Dedica tu tiempo libre a seguir haciendo cosas de valor, avanzando, creciendo como persona, aportando a los demás, y ayudando de forma altruista. Todas estas actividades harán que segregues las hormonas de la felicidad.
Sonríe siempre y sé agradecido/a.
Una actitud simpática y abierta hace amigos y además te ayuda a relajarte. Dedica un momento del día a dar las gracias, ser agradecido no cuesta nada y aporta mucha felicidad.
Come sin llenarte
La alimentación es una parte importante del ikigai, «menos es más». Hara hachi bu, una expresión que se le atribuye a Confucio, y que te recuerda que hay que comer hasta estar satisfecho, no repleto. Se trata de comer hasta un 70 u 80%. Si llenas tu estómago, automáticamente te dará sueño, es decir, te resta energía.
Rodéate de buenos amigos
Cultiva relaciones armónicas, que, aunque tengan dificultades, te aporten esa visión de la vida optimista que todos necesitamos. Busca relaciones basadas en el amor, el perdón y la esperanza donde olvidar las preocupaciones. La gente que hay en tu vida tiene un poder increíble de influenciar en tu destino.
Actúa en función de tu ikigai
Una vez descubras tu ikigai, tu pasión, tu talento único…lo que da sentido a tu vida y te empuja a dar lo mejor de ti mismo hasta el final, ponlo en marcha y sácale el mejor partido. Si te preguntas ¿qué hacer si no tengo propósito en la vida?, la respuesta y tu objetivo será justamente esa, descubrir tu ikigai.